EL ARTE DE ILUMINAR BIEN / ILUMINACIÓN / INTERVENTO

EL ARTE DE ILUMINAR BIEN / ILUMINACIÓN / INTERVENTO

La luz es energía, es distancia, es comunicación, es vida. Ya lo vimos con Ezequiel Nóbili en el primer taller del módulo de Arquitecturas Escénicas e Interactivas. Y, desde entonces, la luz ha formado parte de nuestro conocimiento y de nuestros diseños. La luz, la proyección, la imagen, el objeto. Y es que es una parte esencial del diseño. El cómo se cuenta un espacio, un color, una textura, depende mucho de la luz. De su color, de su temperatura, de cómo incide. Variables que se deben considerar para resaltar ciertos elementos, formas o conceptos.

Pues estamos volviendo a vivir la gran capacidad expresiva de la luz. Y, aunque ya dimos un taller sobre la iluminación escénica, ahora nos hemos centrado en un campo más particular: la iluminación en las exposiciones.

Galería, museos, salas y cualquier otro lugar donde se exponen obras de arte. Todos ellos deben tener un buen diseño de su iluminación. Disposición, características, cantidad, intensidad. El detalle. Todo para contar una historia, unos espacios o unas emociones. Ya que con la luz no sólo se va a facilitar la apreciación de las obras que se exponen, sino que se puede llegar a valorizar su aspecto.

Pero no todo son conceptos, teorías o intenciones. Tenemos que saber la técnica. Tenemos que conocer cuál es el índice de reproducción cromática que debemos elegir; o la temperatura del color según la obra; hay que entender los contrastes; la luminancia; la uniformidad. No es simplemente “poner unos focos”. No. Es entender las necesidades de la obra. Y es entender la técnica de la iluminación: cómo se ancla, dónde se enchufa, cómo se orienta, qué alcance tiene o qué forma adopta. Y, sobre todo, es no deteriorar las obras.

EL TALLER

Pues en todos estos conceptos nos centramos la semana pasada en el Taller Iluminación y Conservación que nos impartió Intervento. Cómo iluminar una exposición. Pero, sobre todo, cómo iluminarla bien. Y, para ello, no sólo hace falta una clase teórica para explicar toda la técnica: somos alumnas que nos gusta la acción y las visitas de obra. Así, en Tabacalera, pudimos tener un tour explicativo de los proyectores -que no focos-, las formas, las intensidades. Pero no acabó ahí todo, sino que también pudimos visitar su estudio. Proyectores, proyectores y más proyectores. Pero también luz, mucha luz. Y es que la mejor manera de entender todo esto es viéndolo. Viendo cómo se enciende un proyector, qué dimensiones llega a cubrir o qué forma puede adaptar su luz.

Contar y resaltar. Historias, objetos, obras, pasados, emociones. Una buena iluminación puede mejorar un proyecto. Y, la luz, como principio en todas la cosas, debe ser también un principio en el diseño.